martes, 12 de mayo de 2015

Encuentros desafortunados I

Se trata de un grupo de personas desagradables, comenzando por esos que se quedan al frente para escucharlos. Si uno los observa bien, son masas de carne enormes de trazo masculino, rígidas por fuera, durmiendo por dentro. El primero, el oyente, de piernas abiertas, ojos cerrados, usando toda su sexualidad para estar presente, tenso, desconcentrado. El segundo, un principal, enorme y barrigón, ojos cerrados y manos juntas y parece que escucha atentamente, pero el tipo no está, es sólo la masa de carne cansada del día, que cuando despierta mueve la cabeza aprobando o desaprobando lo que los otros dicen, pero no hay alguien ahí dentro interesado, sólo su morbo y su debilidad y su soberbia, no se da cuenta que lo pusieron ahí por el ego enorme que tenía, no llama nada más. El tercero, el muñeco, como lo llama J., parece ser el unico que escucha sin pretenciones, atento, quién sabe si el tipo está ahí, en el fondo parece que buscara la aprobación del segundo y del cuarto... el cuarto, el sargento de papel, su rigidez parece que escondiera una enorme debilidad emocional, o es una barrera que protege una sensibilidad, se sabe los libros de memoria y se queda obsesionado con eso, no se sabe quién, si entre él o el segundo, es el más entregado a sus pasiones, a sus reacciones emotivas... todas esas masas enormes, masculinas y dormidas. Al final parece que se odian entre ellas, al final solo son formas que quieren imponerse una sobre la otra, y al final es su incapacidad lo que transmiten a ese puñado de personas confusas.

Las personas confusas. Parece que más de uno ahí necesitara de un tratamiento psicológico o hasta psiquiátrico de tiempo considerable. Son gentes por encima de los 40 y 50 años muy pero muy trabadas. Será que esas personas tienen esperanza? Siento rabia de ver cómo esas masas de carne de los principales no son capaces de tocar su corazón y pasar algo de luz y amor para esas pobres gentes confusas. Llevan años ahí, y no cambia nada. Las masas carne llaman a que ese T. sea amado y aplicado, pero no se dan cuenta que sólo emiten palabras al viento, porque de ellos no viene ninguna fuerza. Se quedan en la discusión de las influencias ordinarias de la vida (A) sin siquiera invocar o simular una llamada o un sometimiento genuino a una fuerza de otra categoría, hablan de eso, pero es como si no lo conocieran, ellos mismo no están seguros.

Lo que más me contraría es la fé que la gente confusa pone sobre las masas de carne. Ellos creen que los van a ayudar. Yo pienso en cuánto tiempo habrá pasado y no reciben respuesta, porque las masas nunca reciben nada? Me asusta tremendamente eso. A las personas les gusta tener líderes, por qué? Les gusta admirar, poner su amor sobre lo otros, por qué no ponen ese amor sobre ellos mismos? Por qué es tan difícil enseñar a otro? Darle herramientas que realmente le ayuden a salir adelante con su vida? Muchos de los que están ahí no desisten, sienten, pero siempre han sido tratados con indiferencia, por eso no cambia nada.

Lo digo porque lo he sentido en mi propia carne, mi masa de carne llevada a la vida por el esfuerzo sostenido de un principal, siendo tocada y llamada a la vida. Parece que el mal se esconde donde menos uno piensa y de la forma más astuta que puede.

Desde el desespero, no llega nada.

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