jueves, 21 de febrero de 2013

Sentencias como agujas en los dedos...


El hombre no es un cerdo para olvidar el bien, ni un gato para recordar el mal.

Un solo rechazo hacia quien no tiene ni conciencia ni consideración reducirá a la nada las mil bondades que usted le había prodigado.

Sólo es digno de ser adepto de una religión quien al recordar el daño que otro le hiciera, no buscará de hacerle mal alguno.

Usted sólo tendrá verdadero sentido común el día en que aprenda a diferenciar lo que le será bueno o malo mañana de lo que le parece bueno o malo hoy.

Es tal la naturaleza del hombre, que, al primer regalo que usted le hace -se arrodilla; al segundo -le besa la mano; al tercero -se inclina; al cuarto —le basta con inclinar la cabeza; al quinto -se vuelve confianzudo; al sexto -le insulta; y al séptimo -le demanda porque usted no le ha dado lo suficiente.

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