sábado, 19 de marzo de 2011


Se trata de dos jóvenes monjes que acarreaban agua para un templo. El Maestro había dispuesto para ello dos vasijas. Todos los días muy temprano los monjes iban al río y traían el agua al templo para el Maestro.

Así por varios meses. Hasta que uno de ellos le dijo: Maestro, mi vasija tiene grietas y cuando vengo desde el río, tan sólo conserva la mitad, ya que la otra mitad se cae al suelo.

He intentado cambiarla por otra mejor, pero uno de los hermanos monjes me dice que son órdenes suyas de utilizar la vasija con grietas, además que debemos turnarnos para que un día esta vasija venga a la derecha y el otro día a la izquierda.

Así, siempre traemos sólo vasija y media, ya que la otra vasija si está buena. Pero si tuviéramos las dos buenas, traeríamos el agua más rápidamente.

El Maestro le dijo: mañana cuando vengas, dime si te gustan las hermosas flores que riegas a cada lado del camino. Yo pongo siempre semillas a lo largo del estrecho camino.

Todo en la vida tiene su utilidad, aun las grietas en las personas.



.no pensar para preocuparse.



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